domingo, 4 de diciembre de 2022

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Siglo XVI - Siglo XXI ¿Cuánto ha cambiado la economía española?

El comienzo de la historia económica española tuvo lugar hacia el año 2000 a.C., cuando comenzaron los pueblos fenicios, griegos y cartagineses con las primeras actividades comerciales. Aunque, para Hispania, el primer cambio significante en su economía fue la llegada de los romanos hacia el año 218 a.C., etapa en la que destaca la explotación minera, entre otros tipos de comercios.

Ya para el siglo XVI la entrada de metales preciosos procedentes de América era masiva, lo que provocó la disminución de poder adquisitivo de las clases populares y de su nivel de vida. Sin embargo, España se trataba de la nación más poderosa de Europa occidental durante esta etapa. Durante este siglo, contó con una gran expansión territorial que le condujo a un período de prosperidad tanto económica como social. Desgraciadamente, factores como el negativo efecto del oro americano sobre la economía, provocaron que a finales del mismo siglo el país no se viese envuelto más que en desgracias económicas y militares. 

Esta situación hacía que las posibilidades de que España se situase en el grupo de cabeza del desarrollo económico europeo fuesen escasas, aunque en el siglo XVII se trató de un siglo de crisis económica para Europa en general. Así, durante la primera mitad de este la sociedad española afrontó múltiples dificultades. Entre estas destaca la decadencia de la agricultura, las dificultades para la exportación e industria (incapaces de competir con producciones extranjeras) y la recesión del comercio. Además, la incorrecta política económica agravó la situación, empeorando los problemas con "soluciones" como el aumento impositivo, la devaluación monetaria, etc. Este siglo se caracterizó por las continuas guerras, como la Gerda de los 30 años (1618-1648), ligada a la Guerra Franco-Española que culminó en el año 1659. La.segunda mitad de este mismo siglo se vio envuelta en una situación de comercio recesivo, además de decadencia de la agricultura, todo ello empeorado por la incorrecta política económica del país.

Desde las décadas finales del siglo XVII se dan una serie de cambios que preven la recuperación económica ligada al crecimiento demográfico del próximo siglo. Así, con la llegada del siglo XVIII se aplicaron medidas económicas con la finalidad de conseguir una renovación en España. Sobretodo durante la segunda mitad de este será cuando la economía se comporte como la ciencia útil por excelencia por su conocimiento de la sociedad además de por su carácter práctico. En este periodo destaca el incremento poblacional al que la agricultura tuvo que hacer frente proporcionando los recursos necesarios para la subsistencia de toda la población. Adicionalmente, a finales del Siglo XVIII y principios del XIX, en contraposición a Inglaterra, España adoptó una economía mercantilista en la que no se localizaban los mecanismos de apropiación y acumulación propios del modelo capitalista.

En este nuevo siglo, gracias a las mejoras sanitarias y a la alimentación, la población española aumento enormemente, pasó de tener 11 millones de habitantes a principios de este siglo a tener 18 millones a finales del mismo. Sin embargo, no creció tanto como Gran Bretaña que en el mismo periodo pasó de 11 millones de habitantes a 37. La diferencia se basa en que en España aunque aumentó la tasa de natalidad, la de mortalidad seguía siendo considerablemente alta. Son reseñables de este siglo las reformas de Mendizabal en el año 1836, que entre otros asuntos puso fin a la mesta, a los señoríos y a los mayorazgos. En cuanto a la banca e inversiones en España durante este siglo, en el año 1829 se refundó el Banco de San Carlos con el nombre de Banco Español De San Fernando, cuya finalidad no era otra que ofrecer ayuda financiera a la Corona durante la Guerra Carlista. Además, a partir del año 1844 se crearon nuevos bancos repartidos por todo el territorio español, como el de Barcelona y el de Cádiz.
En este siglo fueron bastante populares las revueltas obreras y el nacimiento del movimiento obrero, que posteriormente se dividió en diferentes grupos (anarquistas y comunistas).
En el año 1885 el mundo entero se veía envuelto por series de crisis económicas, siendo Alemania la única a la que parecía no repercutirle esto. Fue por ello que España comenzó a imitarla, iniciándose así el camino hacia la autarquía entendida como nacionalismo económico. 

Este modelo se apresuró cuando en 1907 Antonio Maura llega al poder, proponiendo una revolución desde arriba. Continuando con el siglo XX, España experimentó un crecimiento de la actividad industrial en el país de acuerdo con el surgimiento de nuevas fuentes de energía y nuevas industrias. Se consolidaron industrias ya existentes como la textil y la siderúrgica y se desarrollaron otras nuevas como  la industria química, la eléctrica o la automovilística. Durante las primeras décadas de este siglo, que se corresponden con la Primera Guerra Mundial (1914-1918), fue la etapa de mayor crecimiento económico para España. Esto se debió a que al reducir su capacidad de producción los países beligerantes, España tuvo la oportunidad de actuar como suministrador a estos de productos tanto agrarios como industriales.
A pesar de ello, el espantoso Crack bursátil de Wall Street en el año 1929 afectó al mundo entero, por tanto también a nuestro país aunque en menor medida gracias a la depreciación de la peseta en aquel momento. Este provocó una crisis que se alargó durante toda la década de los años 30.
Para salvar su situación, España se vio envuelta en un periodo de reconstrucción (1939-1959) y gracias a este se consiguieron avances muy importantes en las tasas de desarrollo de nuestro PIB. A partir del año 1960 se adoptó un modelo abierto en el país español, que fue un gran factor de impulso para la economía al haber permitido incrementar y financiar la formación de capital. 
Desafortunadamente España volvió a verse atrapada por una crisis en los años que van desde 1974 hasta el 85, esta vez una crisis petrolífera, que tuvo como resultado un fuerte endeudamiento exterior con una suma de 29.577 millones de euros, lo que suponía el 19% del PIB.
Al finalizar el siglo XX,  la economía española ha logrado multiplicar su producción si lo comparamos con el de 1900. Simultáneamente se aprecia una mayor población además de diversos avances en el Sistema Fiscal español y la incorporación de nuestro país en la eurozona en el año 1999.

Con esto llega actual siglo XXI, en el que España ha experimentado dos expansiones económicas y dos diversas crisis. Durante los primeros siete años del siglo, del 2000 a 2007, el país experimentó un importante crecimiento. Sin embargo, La Gran Recesión de 2008 acompañada de la deuda soberana condujeron al aumento de la tasa de desempleo, que a inicios de 2013 superó el 27%. Las medidas tomadas para recuperar el buen desarrollo económico del país permitieron reducir esta tasa al 13,8% para el año 2019. A pesar de ello, con la pandemia de coronavirus que llegó en 2020, España destituyó 622.600 empleos provocando el aumento de la tasa de desempleo hasta el 16,13% en este mismo año. Los daños tanto económicos como sociales causados por esta pandemia recalcan la necesidad de abordar los desafíos aún pendientes para España.

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